Como ya vimos en el anterior artículo sobre plataformas elevadoras de tijera, hay 3 tipos diferentes de máquinas para elevar a un trabajador y su material en el aire. Hoy David nos presenta otro de ellos: las plataformas articuladas. Su uso nos permitirá una gran libertad de movimiento, alcanzando lugares a los que difícilmente podríamos llegar con otro tipo de plataformas. Veremos en qué consisten, qué ventajas aportan y también si tienen algún tipo de inconveniente.
Las plataformas articuladas son una clase de plataformas elevadoras caracterizadas por su brazo articulado, unido a una base o chasis en un extremo y a una cesta de elevación de personas en otro.
Su diseño articulado permite casi infinitas posiciones de la cesta, pues podemos realizar los siguientes movimientos:
Rotación: podemos rotar 360º el brazo sobre la plataforma o chasis.
Elevación: los diferentes segmentos del brazo pueden elevar la cesta hasta más de 40 metros en los modelos más capaces.
Extensión: el brazo permite un alcance horizontal de hasta 20 metros según modelo.
Rotación de la cesta: inclinación positiva y negativa para compensar la posición del brazo y mantener a los trabajadores en posición deseada.
Base: chasis sobre el que descansa la plataforma. Debe ser muy robusto y estable, para compensar el peso y alcance del brazo articulado y su elevación a la altura y alcance máximos. Normalmente se sitúa en el suelo, sobre ruedas, pero también puede instalarse en un vehículo o ayudarse de patas estabilizadoras adicionales para incrementar su estabilidad. Integra el grupo hidráulico, encargado de proporcionar la fuerza para elevar la plataforma.
Brazo articulado: mecanismo que permite la elevación de la cesta. Cada segmento dispone de cilindros hidráulicos telescópicos para su movimiento.
Cesta: es la superficie de trabajo de los operarios, rodeada por una barandilla y rodapié para evitar la caída de personas u objetos.
Alcance horizontal: su brazo extensible permite alcanzar posiciones más allá de su eje vertical.
Alcance vertical: permite alcanzar una mayor altura que en las plataformas de tijera.
Versatilidad: la capacidad de una plataforma articulada para posicionar la cesta en una esfera alrededor de su base de 360º es clave para ciertos tipos de trabajo. Pueden hacer cosas como levantar el brazo para elevar obstáculos y alargarlo más allá una vez superados.
Espacios reducidos: una vez desplegada, sólo el tamaño de la base nos limita, permitiendo una gran maniobrabilidad en espacios reducidos.
Precisión: el movimiento de la cesta gracias al brazo articulado, sobre todo en alcance horizontal, es más fino y preciso que una plataforma de tijera, donde hay que mover la base para desplazarse de esta forma.
Los entornos de uso de estas plataformas son aquellos donde se necesita un alcance comprometido o el espacio de trabajo es reducido o confinado: construcción, plantas de fabricación, técnicos de calefacción y refrigeración, electricistas, mantenimiento, almacenes...
Su capacidad de acceso total, hasta en negativo o por debajo de la base (según modelos), las convierte en máquinas polivalentes muy demandadas.
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Autor
Enrique Pérez es especialista en material handling en CLEM